Relato Ascenso al Cerro

Walter Penck

 

AUTOR: Eduardo Sibulosky

LUGAR: Cerro Walter Penck

PROVINCIA/PAIS: Catamarca, ARGENTINA
FECHA:
Noviembre de 2005
 

 

 Imagen preparada por Claudio Giallorenzo

 

Hoy 22 de mayo de 2006  comienzo a pasar en limpio el escrito del ascenso al Walter Penck, cerrazo, y ya por la mañana comienzo con nostalgias, iba manejando y un sol hermoso entraba en el coche y será que hoy es un día de aquellos…… pero a mis cuarenta y nueve años ese sol me trajo recuerdos de mi niñez.

 

Tendría 10 años e iba muy temprano tipo siete de la mañana con mi abuelo hacia el campo, en Basavilbaso, Entre Ríos en una “camioneta” Chevrolet 29, roja, con caja de madera barnizada, que arrancaba, si mal no recuerdo, dándole  chispa y manija. Entraba el sol y el viento de la mañana de invierno, un frío de cagarse, tapado con un poncho, gorra y bombacha de mi tío que me la daba vuelta, sostenido por un cinturón. La bragueta me quedaba al costado, y hoy mientras manejaba me viene esa imagen y aparecen los olores del campo y yo miraba los pájaros parados en los alambrados, el pasto mojado y hablaba con mi querido abuelo. Todo esto se me cruzo en unos pocos minutos mientras esperaba que cortara un semáforo por Libertador y me repetí una vez mas “ y la concha de la lora” y me dije necesito terminar con el tema del relato y otros temitas y volcar este grato recuerdo, que me surgió hoy y es lo que estoy haciendo por el solo hecho de hacerlo, por mi placer, por mis recuerdos y por lo que puedo despertar en el que lea esto.

 

 

 

INTENTO DE COMENZAR CON EL RELATO

 

20 de noviembre de 2005, estoy regresando a Buenos Aires y estoy pensando en lo que deje en la cumbre del Walter Penck, una cedula de identidad de mi padre cuando era joven y un carnet de conducir de veterano, con una foto donde muestra, creo, que ya estaba enfermo….un homenaje………ahí……¿Por qué?. Por que es una forma de eternizarlo… o no se, simplemente lo quería hacer.

 

20 de diciembre de 2005, este relato viene complicado. Hace un mes que he escrito algo..Casualidad?....Todo viene sucediendo vertiginosamente, ya no puedo parar y no se donde voy a terminar. Estoy dejando que las cosas fluyan.

 

Hoy que quiero comenzar a correr un poco, pues hace mas de quince días que no puedo hacer nada, primero por mi cintura, después por no tener ó no encontrar un ratito y hoy que me juego a salir a las seis y media de la mañana, se larga a llover, así que me volví y comencé a escribir…….pero ya dejo.

Todavía tengo todo lo de la salida a la montaña tirado en un rincón, no pude ó no quise ordenar nada………que se yo.

 

25 de diciembre de 2005

 

Cuando regrese, regrese, así como siempre. Llegar, afeitarme, bañarme y ya estar en la oficina. Eso fue el día 21 de noviembre. Y llegar y estar esperándome para hacer, en mi opinión y ha está altura, boludeces, pero bueno hay que hacerlas………nadie más las puede hacer?......refacción de dos Easy y si nadie las puede hacer, pensé “Estamos en el horno” . Lo que mas creo es que nadie las quiere hacer……..hay que laburar………chan………y en mi cabeza automáticamente aparece la propuesta de mi amiga Miriam, asociarnos “… tengo un emprendimiento que lo compartimos, 50 y 50, por lo menos los gastos de casi un año los podemos cubrir……”  y en la oficina, miraba y miraba, observaba y escuchaba y repetía la secuencia y dale y trataba de verme, de despegarme, de separarme de mi cuerpo y verme. Ahí no mas me dije…”hasta aquí llegue”. No se, fue un clic ó crack, pero comencé a analizar irme, había llegado a mi límite.

 

Que hoy manejas un proyecto, que después parte, que esto, que el otro, que el embole, que el incentivo, que solo llegar cagando con el dinero a fin de mes, y ser conciente y saber lo que hago ganar, que la mediocridad y lo mas grave en crecimiento, que escuchar a “idóneos”, pragmáticos que miran solo por creerse el centro del mundo, que las cosas cambien para que nada cambie. El descontento generalizado, independientemente de las mejoras que se iban dando y entrar en ese juego que voy a contar… no me gusta, yo decía:  “…..pero si dieron el aumento que querías, tendrías que estar contento, tenes trabajo, por que puteas, porque estas enojado……..te envenenas y contagias a tú entorno……ándate…. flaco pensa, cambia tú actitud, lo mas importante es que vos te estas haciendo mierda”. Todo suma y suma y pensar que voy a dejar mas de 10 años de estar ahí, de haber “puesto”, dejar muchos afectos, cosas cargadas de significado, dejar vida. Me voy con una mano atrás y otra adelante…….creo que vuelvo a ser el Sibu de hace muchos años. Así que,

 

-         Roberto tengo que hablar con vos

-         Huy….necesitas mas días para la montaña.

-         No, me voy

 

Y aquí y así comienza mi torbellino de circunstancias de las cuales todavía no he parado. Trataron de retenerme, propuestas de viaje, dinero…sinceridad?…..Ya había elegido cambiar mi forma de vivir, buscar………Si puedo subir esos cerros que nunca pensé que podía hacerlo, esos desafíos, ahora voy en busca de otros desafíos. Dejo la seguridad que da una empresa y me voy porque tampoco puedo cambiar nada, esa mediocridad encubierta y burocrática es muy difícil de modificar. Me voy con mi amiga, de compartir sentimientos de vida y como consecuencia aparecen los objetivos en común. El cambio no es ser dependiente ò independiente, el cambio es la vida.

 

Bueno, me fui al carajo con el relato pero es bueno saber un poco del contexto en que comencé a escribir esto y yo necesito volcar todo esto en papel, es una forma de desahogarme, no es fácil dejar lo dado en 14 años de laburo.

 

31 de diciembre de 2005

 

Las circunstancias, después de tomar la desición de irme, hacen que también vuelva a trabajar con Roberto en proyectos de Wal-Mart y justo para Las Heras, Mendoza…casualidad?...chan.

 

Ví a mis amigos en Mendoza, fui por laburo por dos días y a la noche……….clavarse un asado, reírnos y …..son mis amigos de los cuales hago un culto.

 

Que cosas siento. Que estado tan particular……trato, como dije, dejar que las cosas fluyan. Siento soledad, mis hijos están grandes, me acuerdo de mi viejo…….y mi vieja? …..e Hilda?

Quisiera encontrar un estado ideal que es difícil de hallarlo. Que todo fluya…… existirá algo de ese estado para mí.

 

RECOPILACION DE ALGUNOS DATOS DEL WALTER PENCK

 

Darío Bracali dice “… El más recóndito de los 6500 de los Andes, el Walter Penck fue también el último en ser ascendido y el que menos ascensos cuenta en su haber. Prácticamente invisible desde los sitios de tránsito cotidiano – sólo se lo ve por  pocos metros desde la ruta 45, desde donde actualmente se encuentra el refugio Cazadero Grande – su existencia fue percibida sólo por uno pocos aventureros y exploradores. Aún hoy, lejos de toda huella vehicular y en una situación inexpugnable, sus laderas casi no presentan rastros de actividad humana y su ascenso está reservado a quien encuentra satisfacción en el montañismo de exploración…”

 

Esta al SO del Ojos del Salado a 10 km y unos 70 km al NE del Pissis, las coordenadas de la cumbre principal son 27°11´46” S / 68°33´38” O.

 

 

 

A MODO DE INTRODUCCION……….DEL RELATO

 

 

Esta salida salio de lo común. En lugar de una camioneta con el “grupo base”, esta vez se sumo otra, la de Pronotto………cuando lo supe para mi fue un alegrón, fue como rescatarlo. Habíamos hecho El Plata, junto a Coty, Leandro y Fernando.

 

En consecuencia con la suma del Prono había lugar para llevar mas gente y yo que siempre ando contando como son “nuestras salidas” aparecieron Eric, Agüero y Pechenino. En total fuimos nueve:

 

-         Eduardo D’Angelo (Funyi, El Viejo)

-         Rolando Pronotto (Prono, Rolo, Pronotosaurio, Pronorto)

-         Claudio Giallorenzo (Claudio)

-         Darío Tharkeslian (Orco Mayor, Shereck, El Armenio)

-         Nicolás Agüero ( Orco Menor, Nico)

-         Eric Crusvar (Loco, El Flaco, Lando)

-         Rodolfo Pecchenino (Pete, Pequenino)

-         Fernando Santamaría (Fer)

-         Eduardo Sibulosky (Sibu)

 

Así que coordinar todo esto fue un kilombo, fundamentalmente desde Buenos Aires. Remitir dinero unas semanas antes a Mendoza, comprar comida y hablar fundamentalmente con Pete y Nico, de cómo eran estas salidas pues ellos no conocían a mis amigos de Mendoza. Eric y Darío, sí.

Todos tienen expectativas distintas:

 

Pete: Conocer. Ver que le pasaba con la altura. Había estado en Cachi, todo bien, pero esto es distinto y sus tiempos de aclimatación iban a ser cortos, pues iba a llegar de Buenos Aires sobre el pucho de la partida. Tenía claro a lo que iba y lo que podía suceder.

 

Agüero: Todo un tema, pues yo no sabía como podía resultar está experiencia. Es mi amigo, es un incondicional. Pero él al estar en la Escuela de Guías, a opinar en las desiciones y está bien, pero tenía el preconcepto que en este tipo de salidas la cosa era “guiada”, tema del cual no es muy partidario. Su expectativa de pasar la cota de 6000 mts, a probarse para después ir a trabajar como porteador al Aconcagüa. Mi “laburo” fue hacerle entender como son estas salidas, que tenía que adaptarse, pues en el “grupo base” ya nos conocemos y tenía que comprender eso. Luego sigo con él, toda una gran y grata sorpresa para mí.

 

Eric: Otro amigo, tan particular. Siempre me sorprende y en ese sorprender me enseña. Pienso una cosa y es otra. Es muy introvertido, le cuesta demostrar sus afectos, pero lo hace a su manera. Supongo que debe estar buscando el equilibrio entre él y su soledad y el resto. Paso la cota de los 6000 pero nunca había hecho cumbre por sobre esa cota.

 

Darío: Que decir. Mi “vital” amigo. Con una lucha impresionante por superarse. Este año esta bien preparado, correr, bicicleta, gimnasio y tiempo para aclimatar……….el tema es su cabeza.

 

Yo no estaba tan preparado como el año pasado. Me costo mucho entrenar, falta de voluntad y espero a que no sean los años.

 

En Buenos Aires habíamos salido un par de veces a correr, a hacer caminatas y comernos asados. A conocernos independientemente de conocernos y los mail y las llamadas telefónicas a Mendoza para que todo cierre.

 

Este año con el Armenio llevamos carpa nueva, de Makalu, y yo he podido comprar bastones, crampones y botas dobles. Estas últimas me las trajo un compañero de laburo Javier Gonda, un agradecimiento muy especial para él.

 

Armar todo esto fue un desafío muy interesante de coordinación y kilombo y lo peor es que me gusto hacerlo.

 

He marcado las distintas rutas descriptas por Darío Bracali en cartas y sectores de cartas ampliados a escala, con rumbos y coordenadas, todo otro trabajo que también me atrapo hacerlo.

 

 

 

19 de enero de 2006

 

Hoy 19 me encuentro regresando de Mendoza con Roberto, fuimos por trabajo, este es el segundo viaje. En el primero me encontré con Prono, D´Angelo y Fer, después de laburar, nos encontramos y bruto asado bien regado…….”…..mañana nos tenemos que levantar temprano…” eran las 3,50 hs de la mañana y recién comenzábamos con el Prono-Fernet-Cola. Es y son parte de mi vida verlos, me hace bien y al otro día como el espíritu esta a pleno……alcohol……….todos a laburar y sin resaca.

En este segundo viaje no pude ver a nadie, Eduardo en Cordaba con sus hijos, Prono operando y Fer en el Aconcagua.

 

Esto de estar haciendo lo que hago, ser independiente, me muestra que con las cosas en la vida nunca se sabe……..me decía “…hoy estoy aquí en Mendoza con Roberto…”, hace unas semanas atrás no me lo hubiese imaginado nunca…..y lo bueno de todo esto es que no hay nada escrito, la vida te sorprende constantemente y para ayudarla hay que moverse un poquito, si no, sola no puede hacer nada. Con está situación comienza todo un nuevo desafío.

 

23 de enero de 2006

 

Sábado, he trabajo todo el día en una licitación.

He llevado a mi madre a su casa, venía de vacaciones….y la cosa sigue siendo dura. Hace unos días se murió Blaki, mi perra, la perra de todos y en especial de mi madre y padre. Desde que murió el viejo era la compania de mi vieja. Cuando mi padre estaba enfermo, ella también estaba enferma, se arrastraba…….increíble……y todos los días iba y se daba una vuelta por la cama del viejo y lo miraba y  le lamía los pies y después se iba. Que se yo, cuando llegaba a la casa de los viejos, ignoraba a todo el mundo y me venía a saludar, se me pegaba, se atravesaba en mi piernas y me mordisqueaba, hasta que no la saludaba, no la acariciaba no me dejaba y recién después iba y saludaba al resto. Mis hijos tanto la querían.

Yo, estaba viajando por San Juan y Mendoza y ella se enfermo, se postro, existió u existe una sospecha de envenenamiento. Según me contaron Pirula y Rubio, amigos que cuidan la casa mientras mi vieja estaba de vacaciones, vino un veterinario…una inyección y siguió empeorando y envuelta en una hemorragia y arrastrándose como pudo se murió al pie de la parrilla, sola. Nunca pensé estar escribiendo esto y que iba a llorar y estoy llorando y hoy cuando lleve a la vieja y no la vi. y vi todavía manchas de sangre en el piso, la imagine, veo sus ojos negros y se me hizo un nudo en la garganta y la extrañe…….tenia que haber jugado mas……y ahora que paso en limpio este relato y estoy escuchando a Uña Ramos necesito que sepan que estoy con un nudo doble en la garganta y alguna lagrima.

 

No puedo seguir con el relato, estoy viviendo …a full…con el laburo, estoy sumando algunos kilitos…..tengo que volver a entrenar, no me tengo que olvidar de cuales son mis objetivos. Estoy dejando que las cosas pasen y estoy atento a ver donde siguen y si terminan.

 

Me divierto con mis hijos, entiendo sus miradas cómplices, sus juegos, los quiero.

 

Me sigue atacando el tema de sentir mi soledad. Encontrare lo que creo que necesito ó tal vez tenga la remota esperanza que lo que necesito me encuentre a mi, por que y evidentemente yo no lo se buscar.

 

 

EL RELATO

 

Martes 1 de noviembre de 2005

 

Como siempre, trabajando hasta tarde, salir cagando. Pero está vez ya tenía el equipo armado en un noventa por ciento, en consecuencia salí mas tranquilo. Ir a Retiro, encontrarme con El Armenio y micro a Mendoza.

 

Primera puteada, el peso del bolso con la comida que había comprado mi amigo, simplemente impresionante. No nos faltaba nada, pero nos sobraba bastante.

 

Miércoles 2 de noviembre de 2005

 

Llegamos a Mendoza, encontrarnos con Eduardo y Coty…….que decir, siempre una alegría. A pesar de la “cabeza” de Eduardo con su hija Luciana, que por suerte va todo bien, no quiso por nada del mundo que nos alojáramos en otro lugar que no sea su casa. Nos instalamos y comenzamos a armar nuestro equipo pues partíamos a Penitentes a aclimatar. Teníamos que encontrarnos con el Flaco Eric que venía de Chile de comprar equipo.

 

Prono y Fernando nos llevan a Penitentes en la camioneta de Prono, “La Nueva”, que brillo por todos lados, siempre alguien del grupo base se encarga de ensuciarla, je,je,je. Nos encontramos con el Flaco en el Refugio de Montaña y ya esa noche dormimos un poco en altura.

 

Penitentes estaba desierto, hacia mucho frío y para la fecha en que estábamos se veía mucha nieve y yo comenzando a sentirme como si siempre hubiese estado en ese lugar.

 

Jueves 3 de noviembre de 2005

 

Salimos hacia la Quebrada de Vargas, cruzamos el puente y el río, comenzando a seguir las vías del ferrocarril hasta desviarnos y meternos de lleno en esa hermosa quebrada en la cual corre agua de deshielo. Nos habían dicho que sigamos el curso de agua y van a llegar al Refugio Brahaley ( no se como se escribe) en tres horas mas ò menos. Mierda, caminamos cerca de cinco horas. Esta bien paramos varias veces a descansar y a disfrutar del paisaje y a adaptarnos no solo al clima sino a nosotros mismos, pues hacia casi un año que no salíamos con el Armenio y con Eric mucho mas tiempo, desde la ida al Aconcagua. Si bien en Buenos Aires nos vemos, corremos juntos, somos amigos, sabemos lo que podemos hacer. Pero esto de salir una vez al año, a lo sumo dos, es duro y es duro porque venimos cargados de expectativas, ansiedad y de otras yerbas, ósea que a parte de hacer lo que hacemos venimos a “descargarnos” y encontrarnos. En lo posible encontrar un poco de paz. Paz de las dos, interior y exterior.

 

Tuvimos que cruzar varias veces este curso de agua, estaba muy correntoso y con mucho agua, así que andábamos buscando los lugares por donde atravesarlo. Lo que mas me preocupaba y generaba cierta inseguridad era cada vez que teníamos que cruzar por puentes de hielo. En algunos lugares se los veía de poco espesor y ver el agua correntosa que pasaba por debajo me daba un poco de inseguridad.

 

Vemos que se van acercando dos personas a un buen ritmo. Era un soldado de la Compañía de Cazadores y un suizo, instructor de esquí no se de que lugar famoso. Nos pasan y van dejando algunas huellas y por ahí encontramos un puente de hielo con un agujero recién hecho, por suerte no había pasado nada.

El paisaje sigue siendo fascinante, creo que por mucho tiempo no voy a ir a aclimatar a Vallecitos, este lugar me parece excelente.

 

Al fin llegamos al refugio, se nos hizo un poco largo, pero estábamos  bien. Ya estaban instalados el soldado (Felix Churichuy) y el suizo, comiéndose una “alpargata gigante” de milanesa con huevo frito, etc. y al lado un vinito. Para mi asombro Félix toma esa alpargata y la corta en partes iguales y nos da un pedazo de ese apetitoso sándwich y el suizo, que lamentablemente no me acuerdo el nombre, entra al refugio y trajo otra botella de vino…no nos conocíamos….pero que mas puedo decir…estoy convencido que las cosas deben ser así

Estuvimos hablando del entrenamiento, la aclimatación, etc. Félix nos contó un poco de su preparación, durísima, y el suizo un poco mayor que yo, estaba en un estado físico impecable. En la montaña su comida solo era queso, vino y chocolate…que tal?. Ellos al otro día iban a intentar subir a la cumbre Del Penitentes.

 

Armamos la carpa de Eric, cenamos, los invitamos con nuestra comida y a dormir hasta que nos despertáramos. Fue una hermosa caída de sol. Ir viendo como avanza sobre esa naturaleza tan fuerte una perfecta línea que limita la luz de la noche y que viene avanzando.

 

( Viernes 12 de Mayo del 2006 

 

Gracias a Andinautas, que recibo un correo donde piden relatos y fotos para la pagina Web, en consecuencia me surge nuevamente el tema de los relatos, y digo “los mando” y los mande. Me quedaba el Walter Penck que no había terminado de escribir al igual que el del Aconcagua y sumado a la conferencia que da Darío Bracali sobre su libro…y la montaña y la ida a descansar a Vallecitos para el 1ª de mayo, mas el impulso para volver a entrenar y la necesidad de entrenarme que me dan Julieta Mesa y Nico Falco, mas la especial tranquilidad que me genera escribir. Vuelvo al relato del Walter Penck, tema que me había propuesto hacer apenas bajaba, sino la cosa se enfría, pero el cambio de laburo, dos estudios, viaje a Belgrano, Palermo y Barracas, y no poder todavía encontrar el equilibrio en la ecuación trabajo-cabeza-deporte-espíritu, es que dejo “obligado” de escribir y aflojo con el entrenamiento y creo que en algo me estoy mintiendo, pues el “obligado” no es tan asì, yo no estaba bien y ahora….chan….tampoco, pero como dice Landrisina  en uno de sus cuentos “….pero acostumbrao…”. )

 

Viernes 4 de noviembre de 2005

 

Por la mañana, temprano, Félix y el suizo salen para la cumbre. Nosotros dormíamos. Desayunamos y nos fuimos a caminar, ascender, no me acuerdo a que cota, tres mil y pico y nos quedamos disfrutando del paisaje, del sol, de la vista del Aconcagua, durmiendo acariciados por el sol y como colchón las piedras. Eric subió unos metros más y después bajamos los tres.

 

Veíamos venir un grupo hacia el refugio y en ese grupo venia mi amigo Fernando que estaba trabajando. Nos encontramos en el refugio….”que haces...reculeado?. Huevo. Ese grupo al otro día iba a subir Penitentes y nosotros a Mendoza Ciudad.

 

El suizo y Félix  se habían ido después de intentar la cumbre, no pudieron, hacia mucho frío y viento. No estaban bien equipados.

 

Sábado 5 de noviembre de 2005

 

Temprano escuchamos al grupo de mi amigo que se preparaban para ir a la cumbre. Nosotros nos levantamos tarde, desayunamos, desarmamos el campamento y partimos.

 

Íbamos disfrutando del descenso, Eric, andaba muy rápido, seguíamos una picada, cruzábamos el curso de agua correntoso y los puentes de hielo, por ahí nos equivocamos y volvemos a cruzar hasta que en un momento escucho por sobre mi cabeza un ruido y miro. Era El Armenio que venia de culo y a los manotazos, se resbalo, venía por la pendiente y yo estaba parado en un senderito entre el río y la pendiente, clave y me apoye en los bastones, no me cuerdo si ya mi amigo venía medio girado, pero lo esquivo y lo agarro de la mochila y el ya dado vuelta se clava antes de ir al agua. El tema fundamental es que no siguió de largo. Caía al agua correntosa y a unos metros había un puente donde por debajo se mete el agua y que se yo si pasaría ó se trababa, por suerte no llegamos a esa situación. Pantalón roto, lastimada, mas una pierna que la otra por los raspones y los golpes, bastones rotos, uno doblado y el otro quebrado y el susto y que susto. Moraleja, no teníamos cuerda ni piqueta, error.

 

Seguimos viaje y siempre disfrutando el paisaje, Eric se fue adelante, estaba acelerado no se que le pasaba y nosotros mas tranqui. Nos encontramos en las vías del ferrocarril y de ahí al pueblo de Penitentes. Micro y a Mendoza.

 

Al medio día Funyi nos esperaba con un asado, que termino, por supuesto como a las seis de la tarde donde con el Viejo nos pusimos a bailar rock y piruetas. Estábamos “medio” colocados. Los que estaban en el asado no entendían nada, o sí, pero no importa nosotros ya habíamos comenzado a divertirnos a lo grande.

 

Felicitamos a Coty, con su diploma de ser la primera mujer civil recibida en la Escuela de Ski de Alta Montaña del Ejército en Bariloche, que tal mi amiga. Fueron varios meses de estar encerrada haciendo esto, vida de entrenamiento militar, montaña, nieve, esquiar y supongo que partiéndole el corazón a más de un militar, je,je,je. La escuela esta frente al Lago Nahuel Huapi.

 

Domingo 6 de noviembre de 2005

 

Huevo en Mendoza. Preparar las cosas que siempre faltan. Fernando llega el domingo por la tarde de Penitentes.

 

D´Angelo para la noche se había comprometido a un programa de radio, Radio Nacional de Mendoza a las 22 hs, el programa se llamaba, creo, Ratones de Biblioteca, y cada domingo tenían un tema distinto, este domingo era la montaña y Eduardo nos invito. Llegamos Darío, Fer y yo a la radio a las 22 hs. En la puerta estaba el conductor del programa, parado en el cordón de la calle desesperado, pensaba que le habíamos fallado, pero no el que fallo fue D´Angelo, nosotros de pedo llegamos temprano,….. Eduardo en donde estabas sumergido?. Se inicio el programa y el actor principal desaparecido en acción….así que ha hablar. Fue divertido. Darío no quería hablar, ni moverse, cuando estaba por terminar el programa se largo a hablar. Me olvidaba el Dr. D´Angelo aparece a la mitad del programa…muy tranquilo. Después a cenar, “tomar” algo y ha dormir, al otro día salíamos…..y eso de dormir es mentira, en cada una de estas salidas dormimos como mucho tres horas, ya es una constante imposible de evitar y siempre es así, al otro día cansados, hechos mierda pero, no se como explicarlo, el cansancio no existe y lo reemplazamos con el espíritu lleno y la ansiedad del viaje que nos espera.

 

Este domingo, Nico llegaba de una salida de la escuela de guías, Pete recién llegado de Buenos Aires está junto a Eric en un hostal. Darío y yo en lo de Eduardo. Éramos un desparramo.

 

Lunes 7 de noviembre de 2005

 

El tema fue encontrarnos todos. La intensión siempre es salir temprano….nunca ocurre. Salimos a las 11.00 hs y después de las clásicas puteadas…que falta esto, que lo otro, que D´Angelo no encuentra la mochila?....je,je,je,je…….y en esta salida dos camionetas, un kilombo, una aventura, pura puteada y diversión…ojala que no cambiemos. Pero siempre hacemos lo posible por salir temprano.

 

Este año íbamos directo a Fiambalá, no parábamos en la Casa del Molino en Tinogasta, éramos mucho. Ocupábamos una camioneta D´Angelo, Claudio, Darío, Fernando y yo, en la otra estaban Peche, Agüero, Eric y Prono.

 

Fuimos por un camino distinto al de otros años. Ruta 40 y tramos sin asfaltar. San José de Jàchal, Huaco, Guandacol, Villa Unión, Chilecito, Pituil, San Blas de los Sauces, Alpasinche, Tinogasta y Fiambalá. Quede asombrado con la Cuesta de Huaco a 1000 m sobre el nivel del mar, es una paleta de colores, formada por una sumatoria de “puntitos”  verdes, rojos, ocres, amarillos y el cielo celeste puro. También existe una represa “natural”, solo el hombre atravesó una pared en una quebrada muy angosta y se formo un espejo de agua impactante. No me acuerdo el nombre.

 

Todas las caídas de sol son  impresionantes. Quedo en silencio y solo miro, observo, respiro, trato de captar esto en una foto…imposible.

 

Después de kilómetros y kilómetros llegamos a Fiambalá, nos esperaba Jonson Reynoso y su hija Ruth, en lugar de llegar a las 20 hs llegamos a las 22 hs, pero el asado estaba a punto, las aceitunas negras y el vinito, después a dormir. Estábamos en un hostal, para nosotros solos, las puertas y ventanas abiertas a la calle, sin rejas. Hacía calor, pero mas a la noche estaba fresco, ideal para dormir. Mis compañeros se acomodaron de a dos ó tres por habitación. Yo tome un colchón, me fui a una habitación, solo, coloque el colchón debajo de la ventana, disfrute de la soledad, el silencio. Era paz y el sano cansancio. Me dormí.

 

 

 

Martes 8 de noviembre de 2005

 

Cuando me levante ya estaban todos desayunando. Fue un buen desayuno, con charlas, hablar de lo que sigue y risas.

 

Fuimos al centro a hacer compras. Separados, unos a buscar frutas y verduras, otros carne, pan, vino, queso, harina, levadura etc. Terminar de cargar las camionetas y partir.

 

Pensaba en mis hijos, en mi vida, en lo que hacía, en lo que llevaba para dejar en la cumbre si llegaba ó lo iba a llevar un amigo y en el agradecimiento de estar nuevamente ahí, camino a Las Grutas. Por tercera vez andaba por esa ruta y cada vez descubro cosas nuevas. Todo está siempre ahí, soy yo que no veo.

 

Quebrada de La Angostura, Chaschuil, Pastos Largos, Cortaderas, Cazadero. Tratamos de descubrir el Walter Penck, solo hay un lugarcito que se puede ver, que es a la altura del río Cazadero, imposible de identificar, creemos que es ese ó aquel, lo que si se ven son unos enormes cerros con ligeras y suaves pinceladas blancas, a está distancia parecen eso, pero son enormes. Alguno de esos  cerros es el Walter Penck.

 

Como siempre en el viaje haciendo “cagadas”, es decir risas y más ahora que íbamos con radio en cada camioneta, no dejábamos de joder.

 

El ángel D´Angelo toma la radio y trata de comunicarse con Prono, hace ruidos en la radio con la uña y la vos, interferencia, y del otro lado “…como…, no te copio…….que pasa….que…que soy que….” , y reírnos y llorar por las cosas que no me animo a escribir.

 

Llegamos a Gendarmería y nos encontramos con Funes nuevamente, creo que este es su lugar, se acordaba de la pizeada del año pasado en el puesto y ahí nomás armamos otra para esa noche, pero iba a ser en el Refugio de Vialidad, pues éramos mucho. Nos registramos y fuimos a Vialidad, a unos metros nomás. Estaba German y el perrita, fue una alegría verlo (tengo que mandarle fotos), solo faltaba el Indio, en su lugar estaba Ramón. Nos acomodamos, cada uno en una cucheta. Yo me acomode, cerca de la ventana, debajo de la de un Catalán, Tell. Después hablare de él.

 

Disfrutar nuevamente el paisaje, el San Francisco, el Incahuasi, los coirones.

 

Hice pizzas a la parilla, éramos cerca de veinte. Estaba cansado, pero lo hago por el solo hecho y gusto de hacerlo. Me daban una mano mis compañeros. Coirones al hogar, fuego, calor, risas y vino. Noche espectacular, fría y a dormir.

 

Miércoles 9 de noviembre de 2005

 

Aparece el clásico dolor de cabeza, estamos a 4100 m sobre el nivel del mar. Se escuchaba roncar a Darío, a Prono con música chatarrera-tecno fuertísima, pues tenía auriculares puestos y se escuchaba igual y él dormía.

 

Nos fuimos levantando de apoco y a desayunar, largo desayuno.

 

- Pete, con dolor de cabeza, pálido y con algún edema en su rostro.

- Fernando, con alergia. Después Prono le tendría que aplicar una pichicata, no se de que cosa, pero funciono, supongo que algún corticoide.

- Eduardo Funyi, con tos. El había salido de Mendoza con un estado bronquial que lo preocupaba, dudaba de venir, pero su preocupación mayor era interna. Una lucha interior en la que interviene el ser padre, ser médico y amar profundamente a sus hijos. A este “Viejito culeado” cada vez lo voy conociendo mas y mas lo voy queriendo y para mi ser su amigo es un honor.

- Darío con un poco de dolor de cabeza.

- Claudio, Eric, bien.

-  Prono y Agüero, averiados por el Fernet con Cola.

- Yo, con mi clásica molestia en la cabeza y un poco cansado.

 

Terminado el desayuno algunos se quedaron en el refugio y otros salimos a caminar. Era una mañana de un sol espectacular.

Partí con Darío y Funyi. Luego se nos acopla Agüero. Hermoso día, sentir el  poco viento, el fuerte sol, ver la alfombra de coirones. Caminar por la “arena” y piedras, subir, agitarse y solo por placer. Mirar, observar, vivir.

 

Siesta, merienda, cena y a dormir y por la noche producto de algunos excesos, se escuchaba salir a mis compañeros, medios dado vueltas, je,je,je,je, como dice un viejo refrán “…la manteca no es pa´ los gatos…”. Sobre mi cucheta escuchaba a Joaquín, el Catalán, descompuesto…., afectado por la altura. Atine a correr las cosas que tenía en el piso, taparme hasta la cabeza…me salve…no paso a mayores. Luego nos aclara que siempre le pasa lo mismo, por eso los primeros días solo toma agua.

 

Hubo una lucha, mas que lucha un duelo entre el Orco Mayor y Pronorto, con un eructo mayor Prono humilla y despeina los pocos pelos que tiene el Armenio, en la nuca, se asusta y dice humildemente…”maestro”.

 

Jueves, 10 de noviembre de 2005

 

Nos levantamos, desayunamos. Mis compañeros siguen afectados como los días anteriores. Pete, dolor de cabeza y edemas. Funyi con su tos. Fer con su alergia y otros afectados por la cena.

 

Aprovecho para probar mis botas dobles, nuevas. Estaba fascinado, son las primeras que me pude comprar, siempre las alquilaba ó me las prestaba Eduardo, camine, disfrute el día de sol, el paisaje y el viento. Leímos una y otra vez el relato de Bracali para el ascenso y mirábamos las cartas que había marcado y Fernando tratando de meterse todo en la cabeza. Me había tomado el laburo de ampliar sectores, marcar las distintas rutas, los campamentos, las coordenadas, estaba ansioso para ver los resultados de lo que había hecho.

 

Mate, hidratarnos, huevadas y algunas asperezas entre los integrantes del grupo. Producto, no se…, pero real. Me molestaron y que con el correr de los días y luego meses no se subsano, es como que se corto algo entre los integrantes del grupo. (En una película de dibujos, La era de Hielo, escuche “…la regla de la manada. Todos se cuidan….” Y “…entre la manada no hay orgullo…”). Y hoy es lo que es y nada.

 

Por la noche, hice asado a la parilla, con batatas, papas, ajo y cebollas asadas, usando como combustible coirones secos, el asado tiene otro gusto. Así que nos bajamos todo el asadito y Joaquín le daba los huesos a la perra y no quería probar, hasta que probó y no paro de comer, “…es una exquisitez…” decía.

Hoy, después de pasarnos unos mails me confiesa que es vegetariano, sacó fotos al asado, de cómo comíamos en tabla y bueno “peco” con lo mejor,  un buen asado y ha esta altura y tan lejos de su país y solo, que mas puede pedir. Hemos hablado un poco, iba a subir el San Francisco así que le regale una carta de la zona, después supe que se volvió, le falto agua. Tenemos cosas en común, aparte de la naturaleza, él hace mucho Tai-Chi y yo había hecho durante mucho tiempo, tema que voy a retomar en cualquier momento. Combinamos que en una de esa nos encontrábamos en España, pues por el laburo tal vez viajaba en enero ó febrero, luego los hechos hicieron que esto no ocurriera, renuncie a mi trabajo. Tengo que escribirle, me divertía pues le decía “…tú eres español…”, “…no hombre, soy Catalán…”.

 

Este año no tome ningún baño termal, me quedaba en el refugio mateando y mirando el horizonte mientras mis compañeros se iban a pegar un baño acompañados por Joaquín.

 

Vemos a Boca, igual que el año pasado, gana a los brasileros y yo me acuerdo de mi hijo, bostero. Son las doce de la noche, se corta la luz y a dormir, mañana comienza la subida.

 

 

Amo a mis hijos, los necesito, necesito abrazarlos, pelearlos, hacerles “maldades”, su piel, sus enojos por retarlos. Crecen y ya no los puedo abrazar como quiero. Para abrazarlos es una hermosa “pelea” y cuando los inmovilizó los chupeteo. Se enojan.

 

Me olvidaba se vino una tormenta que cubriendo el Incahuasi primero, era un velo negro que iba avanzando, iba tapando el sol, el límite entre los dos era una perfecta línea, salí al medio de la ruta a ver si podía captar con mi camarita lo que estaba pasando, no pude, solo me quedo una mancha negra y un claro iluminado por el sol. Cayo una nevadita y el San Francisco de apoco se fue cubriendo de ese telón negro. Una imagen sobrecogedora que quedo grabada solo en mis recuerdos y cuando cierro los ojos trato de verla y sentir ese viento que me cortaba la cara mientras miraba, luego todo oscuro, sin viento y ver desde la galería del refugio como nevaba….gracias y como dice Roa Bastos en uno de sus libros “…estoy espiando los recuerdos…”, después el asado y una pitada a un puro cubano del Armenio.

 

Viernes 11 de noviembre de 2005

 

Arriba todo el mundo, a prepararnos para partir. Desayunar y a cargar los equipos y en consecuencia kilombo y discusiones. Que Fernando va a avisar a Gendarmería que nos íbamos, que Prono, Darío y no me acuerdo quien mas a cargar combustible, que cuando regresa Fernando, “…que no terminaron…”, “…que porque no te dejas de joder…”, que pin que pan, que discutir todos, que gritos y que Don Funyi, muy sentado y observando dice “…con razón te echaron de tú casa…”, “…cállate vos, por lo menos a mi me echaron una vez a vos, dos…”. Germán y Ramón no paraban de reírse y Pronoto que puteaba y con lo alto que es quería acomodar algo en la caja de su camioneta y se partía la cabeza con la puerta de la cúpula y caminaba doscientos metros puteando y volvía a cargar la camioneta y otra vez se volvía a partir la cabeza con la cúpula y otros doscientos metros puteando…todos nos reíamos y yo estaba ahogado de la risa que contenía. Prono, como dicen mis amigos mendocinos, estaba “asado”.

 

Le debo la foto a German de la partida con todos nosotros y él besando una camiseta de Boca.

 

Comenzamos a ir hacia la entrada de La Coipa, como hace unos años cuando fuimos al Pissis, es el mismo camino.

 

Esta vez iba menos tenso y ya conocía lo que es la zona. Disfrute a pleno el paisaje, los guanacos, las subidas, bajadas, camino, colores y cielo. Bordeamos la Laguna de los Aparejos y seguimos hacia el norte hasta la Laguna Celeste, mirábamos el macizo del Pissis, veíamos el eterno y clásico glaciar y los recuerdos de ese ascenso, tan cargado de otras cosas…pero bueno, cada cerro va con sus cosas y siempre son distintas….sigo “espiando los recuerdos”.

 

Llegamos a la Laguna Celeste, impactante, impresionante ese color en el desierto. Cuando se mira con atención se ven ruinas de tambos incas en su lado oeste. De aquí tratábamos de distinguir nuevamente el Walter Penck, está muy escondido al igual que su acceso. A partir de está laguna partimos al norte y guiándonos por el relato de Bracali, brújula y GPS. Las huellas no existen y las que hay son pocas, deben tener años. Seguimos al norte pero mas tirados al Este. Al oeste dejamos el Palo Portillo, pasamos por debajo, el camino era bueno y si subíamos a ese punto después iba a ser complicado bajar, como bien dice Bracali. Nosotros hicimos una nueva ruta, por abajo y un poco mas fácil y siempre al Norte.

 

Antes de llegar a nuestro campamento base (5050 mts) nos encontramos con restos de troncos, de una madera muy blanca, durísima y como tal pesada y estacas de la misma madera, pregunta “…serán de la primera expedición…”, creemos que sí pues no hoy forma de llevar eso hasta ahí y solo serviría como combustible, etc…..unos kilómetros mas delante de estos restos y hacia el oeste instalamos nuestro campamento base.

 

El humor en las mejores condiciones. Armamos las carpas.

 

-         Prono y Claudio

-         Eric, Agüero y Pete

-         Fernando y Eduardo

-         Orco y yo

 

Fernando mejor, Funyi con tos, Pete con dolor de cabeza, pálido y edemas, complicado. El resto con las molestias normales de llegar y estar a esta altura.

 

Cuando anochecía comenzaron a bajar nubes, hacia el oeste, todo se iba cubriendo de esa neblina blanca. Noche fría. Con el Armenio probamos la nueva carpa Makalu, ideal para dos personas.

 

Sábado 12 de noviembre de 2005

 

Amanecimos bien. Yo siempre con un dejo de dolor de cabeza y cuando comienzo a moverme se me va. Desayunamos y salimos a ver a nuestros compañeros y boludear. Cuando llegamos a la carpa de Agüero nos encontramos con Pete hecho bosta. Metido en la bolsa de dormir, despierto y con un fuerte dolor de cabeza, más que cuando estábamos en Las Grutas, muy pálido y su cara muy “edemosa” y con algún vomito nocturno. Lo vieron Prono y D´Angelo, los dos médicos y junto a Fernando y creo que todos estábamos de acuerdo que había que bajarlo. Con Prono y su camioneta junto a Fernando y yo bajamos a Pete hasta Fiambalá, casi según Fer y Prono entre ida y vuelta hicimos 400 km y muchos kilómetros a campo traviesa. Salimos cerca de las 9 hs de la mañana y regresamos a las 19 hs.

 

Pete a medida que bajábamos se iba mejorando. Al principio en cada salto decía que sentía que un martillo le pegaba en la cabeza. Llegando a Fiambalá su rostro ya tenía otro color y el dolor de cabeza había aflojado. Lo instalamos en el Hotel Municipal ya repuesto y se quedo esperando nuestro regreso.

Fue un día de sol espectacular, lo bueno del viaje es que se repuso Pete y disfrutar nuevamente ese largo y coloreado camino por La Puna.

 

Mi temor era que iba a pasar con mi cuerpo bajando de 5000 m s.n.m a Fiambalá (1500 m s.n.m.  ) y volver a subir en el día. No paso nada, estaba todo bien y supongo, ahora, que abra colaborado con mi aclimatación. Esto nunca lo había hecho, variar tanto de altura en el día.

 

Cuando regresamos nos cuentan que el grupo había realizado un porteo, de agua, comida, combustible para al otro día no llevar tanto peso hacia el próximo campamento. Este acopio de cosas se hizo en un punto medio entre el Campamento Base y el próximo, fundamentalmente la caminata, ascender y descender y un poco de peso iban a ayudar a la aclimatación. El tema es que Darío en esta salida estuvo mal, estaba sin fuerzas….sin fuerzas? Había aclimatado en Penitentes, luego unos días en Las Grutas, durante todo el año se había entrenado duramente, creo que físicamente estaba en condiciones ideales, el tema es “la cabeza”. Mi amigo estaba amargado, triste. El estaba bien, pero para la ascensión no, creo que automáticamente se decidió que se quedara y él sabía que se tenía que quedar. Se iba a quedar solo un par de días, en esa soledad, con él mismo y me imagino que habrá sido muy duro, durísimo, pero también esta especie de retiro, en la soledad mas absoluta, el desafío debería pasar no por subir un cerro, sino por encontrarse y psiquis…y los pensamientos…y el sentir. Armenio, amigo mío, te admiro por tener la fuerza de poder quedarte solo, yo no se si podría.

 

Domingo 13 de noviembre de 2005

 

Nos levantamos, desayunamos y El Armenio se queda solo con nuestra carpa, yo paso a la carpa de Claudio y Prono. Somos siete los que partimos. Dejamos con tristeza a Darío, estábamos seguros que iba a estar bien y creo que con la necesidad no solo de quedarse, sino de estar solo. Supongo, pues hoy todavía no lo se. Nos despedimos con un fuerte abrazo “…suerte hermano, cuídate…”.

 

Partimos con rumbo NNO, viendo el Cerro Nacimiento a nuestra derecha y al frente el Olmedo, cruzamos un campamento, suponemos que sería el de Bracali y llegamos a lo que él llama Campamento Salta después de cruzar un largo nevero y con la ansiedad que siempre me provoca hasta que me acostumbro, son aproximadamente 6,5 km y a una altura aproximada de 5450 m s.n.m.. Llegamos muy cansados, muy doloridos por el peso de las mochilas, preparamos el terreno y armamos las carpas, estábamos reventados.

 

Eduardo a la mitad del camino se quiere volver “…se acabo…me vuelvo…” le decíamos con Fernando, que lo conoce bien “…pero Eduardo déjate de joder, lleguemos al campamento y mañana vemos como estas y si estas mal te volves…”, “…estoy mal, mi físico, mi cabeza, mis pensamientos…no doy mas…”.

 

Nos hidratamos, Eric y Nico bien, Eduardo “destruido”, Fer con su alergia, Claudio y Prono bien, metidos en nuestra carpa tomando mate y yo a veces sintiéndome como un poco raro.

 

Lunes 14 de noviembre de 2005

 

Nos levantamos temprano, desayunamos. Yo siempre puteando con eso de ponerme las botas, que la mochila, que la carpa. De noche siempre tomándome un paracetamol a las ya infaltables “pastillitas” mías, que hipertensión, que colesterol, que cardioaspirina, que la concha de la lora.

 

Salimos cerca de las 10.00 hs, nos esperaba otra jornada larga, íbamos a intentar llegar al Campamento Carbón, 5950 m s.n.m. Llegamos a 5600 m a las 17.00 hs. Aparece todo un “dilema” con el tema de las mediciones.

 

Está mañana, cuando salimos, “el destruido” D´Angelo sale a cabeza del grupo. Nos metemos en un nevero de muy fuerte pendiente. Yo iba detrás de él y lo miraba y no lo podía creer. Ayer se iba a ir a la mierda y hoy es una máquina que no deja de subir por el hielo. Nos va indicando el camino. Vamos esquivando planchones de “hielo eterno”, color verde – azul profundo, no le entran los crampones. Era otro Eduardo ó el mismo superándose y luchando por entender y la palabra no es vencer, pero tendría que parecerse.

 

Cuando llegamos a lo que sería nuestro último campamento había viento, así que alisamos el suelo que era como arena para estar cómodos. Todos nos dimos una mano para armar las carpas. Hacía frío. Estábamos bien. Vemos el Olmedo, nos imaginamos pasando por el sur la cumbre del Walter Penck, rumbo oeste, para luego cruzar el Glaciar de los Catalanes, subir al coll y de ahí al norte, a la cumbre principal. Esto es lo escrito en los relatos y la lectura de la carta. Pero al ver el Olmedo y más allá al Walter Penck, la pregunta, el ascenso será así?. Lo que si sabíamos que iba a ser una jornada larga.

 

Para escribir este relato voy leyendo el de Fernando, algunas notas mías y miro fotos y ahora estoy puteando por no indicar en la cámara que aparezcan las fechas en el papel. Algunos dicen que eso no es bueno para tener “buenas” fotos….me cago…las fotos son para seguir “espiando los recuerdos”, vivirlos, reírme y tener fechas que hoy me faltan y ahora no tengo.

 

Según los altímetros estamos aproximadamente a 5500 mts, ninguno coincide, se aproximan solo a este valor.

 

Relato de Fernando: “…Dormimos muy bien a pesar que nunca dejó de correr viento. Desarmamos muy lentamente el campamento ayudándonos unos a otros para que no vuele nada por los aires, y terminamos saliendo cerca de las 10 hs.

Subimos la quebradita en la que teníamos armado el campamento y aparece una gran playa de piedras de color marrón, como si fuera una extensión del vestido de cola del Nacimiento. Todo lo que nos rodeaba era de color oxido, abajo hemos dejado la Quebrada del Nacimiento que pasa por la cara sur del Olmedo. Cuando logramos atravesar esta inmensa llanura de piedras ascendemos a un nivel superior unos 50 metros por encima de nosotros y aparece otra algo mas estrecha que para no perder altura nos  obliga a faldearla, comiéndonos las piernas y agotándonos. La marcha se hizo monótona y lenta por acción del viento que nos pega de frente, no puedo olvidarme del que me castigo en el Bonete en octubre y este está cerca de parecerse. Cuando esta falda norte del Nacimiento termina, el filo tiende a continuar hacia arriba en una escarpada columna vertebral mientras que un estrecho valle desciende en dirección noreste con un cordón fino que lo separa del Olmedo, lleno de nieve que asciende y termina en punta en dirección al W.Penck.

A medida que nos fuimos acercando al WP cada vez parece más grande y comienza a ser una incógnita la ruta hacia la cumbre, además no confío en las dimensiones ni en las distancias, los volcanes nunca te dejan nada claro y siempre engañan.

No hicimos tantas paradas como ayer pero igual recién pudimos sentarnos sobre nuestras mochilas a descansar antes de armar el campamento a las 16,30 hs.

En un juego de equipos armamos de a una las tiendas por el viento y para ir mas rápido, por supuesto después de trabajar bastante sobre la arena para enderezar el suelo y hacer algo más confortable nuestra estadía ahí, pues aquí pasaríamos dos noches.

El viento,  cerca de las 18 hs. cuando el WP se devoró al sol, perdió fuerza y quedo como una simple brisa, además la quebrada también nos protegía bastante.

Cuando ya estábamos relajados en las tiendas, mientras derretimos nieve, miro mi reloj y me aterrorizo, no llega a  los 5600 metros, aunque los GPS digan que estamos en Campo Carbón y que solo restan 790 metros de desnivel, no lo creo, comienzo a pensar en una jornada como la del Tres Cruces, interminablemente larga y agotadora. Leo de nuevo el relato y trato de convencerme, “790 metros de desnivel, en una distancia de 4,5 km. con unas 5 o 6 horas de marcha”, y no, no logro aceptarlo, había estado mirando durante todo el ascenso de hoy al W. P y no me parece que esté tan cerca….

 

Creo que no estábamos en el Campamento Carbón, en las cartas y relatos figura a 5950 mts, nosotros estábamos mas cerca del Campamento Encrucijada…algo no nos cerraba. La cuestión es que hablamos y ya sabíamos, por lo menos los que fuimos al Tres Cruces, que lo que nos esperaba al otro día iba a ser áspero, de casi 5600 mts a 6658 mts.

 

Todos estábamos de buen ánimo. Los achaques físicos estaban casi desaparecidos, vencidos por la ansiedad y lo que genera esta espera. Y los pensamientos, cada uno de nosotros sabíamos por donde andábamos.

 

Eric, ya sabía lo que era pasar y sentir la cota de 6000 mts. Nico, no. Tenía muchas expectativas. Ninguno de los dos había hecho una cumbre de más de 6000 mts, tenían una alta carga de lógica ansiedad. Estaban bien.

 

Martes 15 de noviembre de 2005

 

A levantarse. Habíamos puesto las alarmas de los relojes escalonadas. Nos levantamos cerca de las 4,30 hs / 5.00 hs. Hacía mucho frío, según Fernando – 10° C dentro de la carpa, así que afuera y con el viento, ni pensarlo.

 

Desayunamos, preparamos los termos con cosas calientes, agua, comida de marcha, botiquín, ropa y vestirnos y siempre vestirse es un dolor de huevos.

 

 

Relato de Fernando: “… A las 7 iniciamos la marcha, lentamente vamos moviéndonos, hace mucho frió, repaso mentalmente cada frase del relato, trato de ubicarme y ubicarlo en el terreno, hago lo propio con la carta topográfica, la miré tantas veces que recuerdo una por una las curvas de nivel. Verifico que lleven los GPS, tanto Claudio como Rolando, Eduardo decide no llevarlo. Hay nervios y ansiedad en todos en los primeros movimientos, apenas inclinamos el plano final del faldeo de las carpas. Pronto el sol nos pega en las mochilas, pero el frió arrecia, atravesamos una primer loma y después otra y llega el primer nevé, que tiene una pendiente que asusta, pero la nieve está en buenas condiciones. Rolo y yo abrimos la huella, pero a mitad de caminos, Rolo se pone los crampones , no está muy seguro. Se suceden las paradas para ir cambiando de ropa.

Cuando terminamos el glaciar nevé un pequeño faldeo nos deposita en una larga y gruesa lengua de Glaciar que desciende casi de la cumbre sur en dirección E hasta la base misma del Olmedo.

Este glaciar comienza a ascender y se divide en la mitad por una isla de piedras, apareciendo una lengua hacia el S y otra que sube en dirección al cielo, y casi casi se junta con el. Por este es por el que crampones en los pies vamos lentamente ganando altura. En uno de los descansos ya empiezo a pensar que los desniveles no son los que dice el relato ni las distancias tampoco. No quiero ni mirar el reloj. Solo trato de darme y dar aliento al resto, que parecen a esta altura venir bien. Eduardo increíblemente marca el rumbo y cada vez se nos aleja más hacia arriba, y eso que estaba para no subir.

Después de la Isla de piedras donde nos hidratamos y tomamos un respiro, sigue un gran nevé que baja desde casi la cumbre sur hasta nosotros, es muy grande y ancho y termina en punta donde apuntamos.

No se cuanto tiempo más estuvimos cramponeando hacia el cielo, pero finalmente salimos a un gran roquerio que nos deposito en un laberinto de piedras agujereadas y de fantasmagóricas formas en un mar de arena volcánica donde quedan nuestras pisadas bien marcadas. Eran las 12 del mediodía.

A esta altura estamos entre los 6100 y 6200 metros, con rumbo O,  Rolando comienza a retrasarse y su cabeza ya no lo acompaña, lo convenzo que llegue al final del arenal, justo donde los acarreos de la cumbre sur nos ponen el ultimo obstáculo antes de entrar en el Glaciar de Los Catalanes, que nos llevará a la cumbre Norte (Principal).

Termina la arena y Rolando decide quedarse, le damos una radio e instrucciones para que permanezca ahí hasta que bajemos, no hay prácticamente viento, pero hace frió, unas ligeras nubes comienzan a aparecer desde el O, es tarde pero ya no tenemos dudas que alcanzaremos la cumbre.

Mi cabeza se parte en dos y me doy varias veces la vuelta para verlo y memorizar el lugar donde se quedó, miro al frente y se que podemos doblegar ese glaciar que habíamos imaginado bastante mas chico, la nieve está ideal para los crampones, subimos casi en línea recta, Eduardo abre la huella, lo siguen Claudio y Yo, algo mas atrás pero sin sucumbir suben Nico y Eric, somos los que quedamos, somos los que no cejaremos hasta alcanzar el gigante.

Terminó el glaciar y no puedo creer lo que veo, arriba casi al alcance de la mano aparecen las tres torres de piedra que menciona Darío en su relato, es una visión que ya tuve, el terreno es el mismo del Tres Cruces, nada mas que algo mas pequeño, no me parece tan duro como el del año pasado, pero estamos a 6500 metros y a esta altura ya no existen terrenos fáciles.

Como reptiles nos arrastramos entre ese mar de piedras puestas como con la mano, como para entorpecer cualquier paso, como para hacer difícil lo difícil, como para no permitirnos llegar sin agotar nuestras ultimas fuerzas.

Pero subimos y subimos, nadie habla, solo subimos, solo miramos y muy a lo lejos aun vemos la chaqueta roja de Rolando, el también nos sigue, desde su posición, siempre nos estuvo viendo, salvo cuando alcanzamos la cumbre.

La sorpresa, entre lágrimas con Eduardo antes de subir la torre que elegimos, fue no encontrar nada en ella. Cuando apareció Claudio lo mandé a otra que estaba más atrás, ya no eran tres ahora aparecían repartidas otras tres, decido encarar una y le pido a Eduardo que vaya hacia el E a otra, cuando me asomo a la cima de la mía veo parado a Claudio en otra hacia el O, me entra la desesperación, nos quedan otras tres, pero no nos quedan fuerzas. De pronto escucho el grito de Eduardo mostrándome el libro de cumbre, no tengo fuerzas ni para llorar, solo le aviso a Claudio que ya está que terminó que ahí esta Eduardo en la cumbre. También aparece Sibu, está detrás nuestro no tarda en fundirse en un abrazo, se emociona, como yo como Eduardo, y volvemos a abrazarnos.

 

Hay que hacer un Tercer Campamento a 6100 m justo donde termina el Glaciar en las rocas y areniscas volcánicas, es un lugar protegido y además ahorraría entre 4 y 5 horas el camino  hacia la cumbre.

 

Miro el reloj, es la hora 18,30, tardísimo, pero no hay mucho viento, el cielo apenas deja pasar algunas nubes desde el O, ya no tengo miedo al reloj, solo quiero abrazarme con Eduardo, he conseguido mi décima cumbre de mas de 6500, él la novena, y pronto llegará Claudio para los tres saludarnos casi sin hablar. Leemos el libro, no hay muchas expediciones antes que la nuestra, la última la de Darío Bracali en solitario en el 2003. No viene prácticamente nadie aquí, miramos abajo y vienen llegando Eric y Nicolás, hace mucho frió…”.

 

Estábamos fuertes, Eduardo, desconocido no paraba de subir. Íbamos subiendo cramponeando, no se cuantos duros neveros, glaciar, con fuerte pendiente, no fuerte, pendiente de la puta madre. No podía creer lo que estábamos subiendo, esquivar nuevamente hielos, impenetrables y avanzábamos y con el avance se iban las horas…día largo iba ser…Por ahí se escucha una alarma, era el reloj de Agüero que habíamos pasado la cota 6000, mi amigo, feliz.

 

Nos acompañaba el sol, ya no había tanto viento, pero hacía frío.

 

Rolando nos deja, no quiere subir más, estaba bien físicamente, es fuerte, muy fuerte, pero a mi amigo lo vence su cabeza, queda bien y nos iba a esperar. Ya habíamos pasado el medio día. A medida que nos alejábamos lo veíamos con campera roja y a seguir subiendo, otro duro glaciar, voy con Eduardo, él ama el hielo. Salimos del glaciar. Después, iban adelante Claudio, Fernando y Eduardo, los sigo yo y luego Agüero y Eric.

 

El tema es parecido al del Tres Cruces, no tan duro, no hay que subir tantos metros de rocas, pero es duro igual, áspero, como un campo sembrado de grandes piedras, laberíntico y subir y respirar con lo que se tiene. No es una cumbre muy clara de identificar, según los relatos hay tres picos pero no son solo tres picos hay muchos mas. Claudio, Fer y Eduardo que llegan primero se ponen a identificar cual de todos los picos es la cumbre, mientras que nosotros veíamos lo que hacían y seguíamos subiendo. Eduardo encuentra la cumbre, aparece el libro de cumbre. Claudio me saca una foto desde la cumbre cuando estoy subiendo, agarrándome de las piedras y hoy cuando la miro noto que solo me distingo por mi campera roja en ese enjambre de rocas.

 

Llego a la cumbre, estamos muy apretados, es chica, nos abrazamos, lloramos y esta es una cumbre muy especial para cada uno de nosotros, por lo menos de lo que yo puedo conocer.

 

Eduardo con su lucha interior, con la vida, con la naturaleza, con la cabeza, con su dolor, su esperanza y amor a sus hijos y en esta cumbre puesta toda su fuerza en su hija Luciana.

 

Fernando en sus hijos, en su vida, en su Pancha. Su décima cumbre de mas de 6500 mts y Funyi la novena.

 

Claudio, no se, con una coraza que lo envuelve, que lo protege, creo que tiene miedo de mostrarse y expresarse.

 

Cuando llego a la cumbre me abrazo con los tres, mis tres amigos del Pissis, Tres Cruces y ahora Walter Penck. Cuando llega Agüero bajan y yo me quedo llorando y poniendo en el ziplock donde está el libro de cumbre una cédula de identidad de mi padre, cuando era joven y el último carnet de conducir, donde ya en su foto y hoy me doy cuenta que se veían sus “negros ojos enfermos”, que brillaban de una forma especial y chiquitos, y dejo esos dos carnet con una nota que había escrito la noche anterior, que no podía escribir por el frío, “…por favor no bajen esto…es una forma de inmortalizar a un hombre muy sencillo y que en su sencillez estaba su grandeza…” . Es lo que deje escrito en esa cumbre para homenajear al viejo, eternizarlo, las palabras textuales hoy no las recuerdo. Deje ese tributo y baje.

 

Amo a mis hijos.

 

Felicito a Nico, estaba emocionando, su primera cumbre y que cumbre. Son lugares que tal vez no regresemos nunca mas.

 

No lo espere a Eric, hacía mucho frío, había viento y mi espíritu ya no podía mas estar ahí. No saque fotos con ninguna de las banderas que llevaba de mis amigos de Andinautas, Makalu y Libo. No saque a los paisajes que se ven desde esta dura cumbre, no podía. Solo Agüero saca una remera del Club EDM.

 

Hoy creo que debía haber aguantado un poquito más y esperar a Eric, también su primera gran cumbre. Estoy viendo una foto de él, feliz, con una gran sonrisa y la camiseta de su taller familiar “Aceros Milán”. Eric mi amigo tan especial y solitario pudo estar ahí.

 

Eran cerca de las 19.00 hs, tarde. Baje, me encuentro con el resto, tomando algo caliente esperando a Nico y Eric. Yo sentía una densa flema en mi boca que la escupí, no se si era producto de la deshidratación ó generada por lo que había vivido, no podía beber nada.

 

Comenzamos el regreso y como era tarde, la noche nos iba a alcanzar. Siempre especulando con la luna llena y que gracias, siempre nos acompaña.

 

Vamos en busca de Prono, van adelante Claudio, Fernando y Eric. Atrás veníamos Eduardo, Nico y yo.

En la bajada veníamos con mucho frío, en especial Eduardo, por ahí nos paramos a sacar los crampones y me quería abrigar pero me temblaban las manos. Me da una mano Nico. Nos abrigamos lo mejor que pudimos y seguimos descendiendo, si parábamos el frío nos pegaba mal y no teníamos, en ese momento, fuerzas para terminar de abrigarnos dejando la ropa dentro de las mochilas, preferíamos caminar.

 

Ya estaba oscuro, por ahí vemos una luz, era Fernando que nos esperaba. Púes Claudio y Eric iban con Pronoto que lo habían encontrado medio hipotermico.

 

Seguimos descendiendo, el frío se hacía sentir y mucho. Ahora estábamos bien equipados. La luna pegaba de lleno en los glaciares que íbamos atravesando, solo me quedan esas imágenes en mi cabeza. No pude sacar una foto, no se si saldría, pero no podía. Era algo hermoso ver el glaciar iluminado por la luna, el recorte de la silueta de los cerros, la soledad y nosotros cruzando esa inmensidad blanca. Tal vez nadie había caminado por ahí. Según el libro de cumbre nosotros éramos la sexta ascensión y yo la decimocuarta persona que pisa esa cumbre. La adrenalina a pleno, el frío, el cansancio de las horas que pasaban y se iban sumando y el sacar y ponerse los crampones y sacar y ponerse guantes. El “cuero” de los guantes se había congelado, no podía agarrar los bastones. Cuando atravesaba algún lugar inseguro me los sacaba para poder maniobrar con un poco de seguridad, los dedos me dolían y cuando pasaba ese lugar me los volvía a poner y me calentaban en segundos, era sacar y poner. La garganta dolorida e hinchada por el aire frío, era una pasta, no podía tomar líquido.

 

Llegamos a unas formaciones rocosas. La quebrada de la derecha iba al campamento. La quebrada de la izquierda no. Faldeamos el Olmedo. Equivocados, tomamos la de la izquierda. Después de caminar un tiempo, no se cuanto, comenzamos a sospechar de donde estábamos. Fernando pregunta a Claudio que pasa con el GPS. Lo tenía apagado, que no se que kilombo con las pilas y que pensó que el camino de regreso era claro. Cagada, ubicarnos nuevamente, dale con el GPS y volver a la bifurcación de las quebradas. Se habían dado cosas por entendidas y no era así. Comunicación, hablar, volver, atravesar quebradas, crampones en otro glaciar. Mucho frío.

 

Claudio, ahora con el GPS encendido a buscar el campamento que no podíamos encontrar, estábamos cerca, pero no lo veíamos. Fernando y Agüero faldeando una ladera por arriba. Eric, Eduardo y yo más abajo con Prono. Tenemos contacto visual hasta que lo perdemos. Y que hacemos. A abrigarse y esperar, tratar de ver alguna luz, algo y puteando y ver si encontrábamos algún lugar donde refugiarnos. Vemos una luz, nos acercamos, eran Agüero y Fernando refugiados detrás de una piedra. Nos escuchaban pero no nos veían. Ataron la linterna a un bastón y lo levantaron, esa es la luz que vimos. Fernando estaba bien. Mi querido y solidario Agüero temblando, mal, el agua que le bajaba por su nariz, blanca, congelada. Lo miro y estaba muy cansando “…y la campera de duvet Agüero…abrígate…”No tenía puesta la campera, después todo bien.

 

Por ahí vemos otra luz y avanzamos hasta identificar a Claudio que con su GPS había encontrado el campamento. Eran cerca de las cuatro de la mañana. Claudio nos esperaba en la carpa. Cada uno va entrando en la suya y nosotros tenemos que darle algo a Prono. Claudio deja armado algo, pero se duerme y yo me quedo derritiendo nieve para hacerle un té, para que se hidrate y nos hidratemos. Me dormía, hacía un esfuerzo terrible para no dormirme, por fin hago logro hacer el té, toma Claudio, tomo yo y el puto de Prono toma un sorbito, se tapa y sigue durmiendo. Estaba bien. Miro el reloj, eran las cinco de la mañana y me acuesto a dormir.

 

Agradezco al Barbudo la fuerza que me da siempre, agradezco a la vida las cosas que me permite hacer, disfrutar, sentir y en algunos momentos la lucidez. A veces me surgen cosas a las cuales siempre lucho por vencer y a veces cuando ya no puedo aparece el Barbudo. Siempre lucho por modificar las cosas, no se si puedo, pero lo intento y soy conciente de lo que tengo que cambiar.

 

Quisiera vivir más intensamente.

 

Miércoles 16 de noviembre de 2005

 

Me olvidaba de contar que en alguno de los días de caminata, sentíamos unas ráfagas de viento con olor a azufre. Está zona es volcánica y es una sensación muy rara, sentir esa soledad, ese cielo y el olor a azufre.

 

Nos despertamos, comentarios, risas, cansancio con el placer de vivir lo que hicimos. Comenzamos a desarmar el campamento y a las 12.00 hs partimos. Dejamos el Olmedo con su cumbre plana, como si fuese un nido y el Walter Penck, que si hoy lo tengo que reconocer, tengo que verlo para identificarlo, no tengo fotos, lo tengo que ver. Dejamos en esta salida muchas cosas. Cada uno de nosotros, fue una expedición cargada de cosas. Hoy tomo conciencia que eso.

 

Vamos por el Campamento 1, por el Campamento donde se había hecho el primer porteo. Recogemos las cosas que habíamos dejado. Comemos y seguros hacia el Campamento Base, donde estaba el puto Armenio.

 

En lugar de subir una ladera, seguimos camino por la quebrada, con nieve, hielo. Empujando “anímicamente” a Prono, que es fuerte…hay Prono. Nos turnábamos con Nico y Eric. Luego Eric se corta subiendo esa ladera y llega al Campamento. Cuando llegamos con Prono y Nico llegamos abajo del Campamento. Había que subir una fuerte pendiente de acarreo. Yo estaba muy cansado ó me sentía así. La cuestión es que encaramos esa pendiente, ahí estaban la carpa del Armenio y las camionetas. Cuando estábamos a la mitad vemos que Fernando trata de bajar un poco por esa pendiente a buscarnos. Llegamos a la camioneta y ya estábamos con el Armenio estrechados en un abrazo y ya desarmando todo para salir a Fiambalá. Agüero seguía subiendo y probándose.

 

Cuando vi al Armenio, un abrazo…¿ como estuviste?...¿ soportaste la soledad?, después íbamos a hablar. Ahora era desarmar el campamento y tomar cerveza que teníamos en la camioneta, una buena provisión de latas…hidratarnos…fotos con las banderas, risas…terminamos y salimos para Fiambalá. Tarde, a las 19.00 hs salimos. Con Prono y Fernando habíamos dejado pircas para guiarnos con las camionetas. No las encontrábamos. Pasamos muy despacio un campo de lajas, las veces que lo atravesábamos pensábamos, que no cortemos ninguna cubierta, pero si les afeitamos algunas letras en relieve que tienen. Llegamos a Laguna Celeste, ya está, ahora tenemos claro el camino hacia la ruta y hacia Fiambalá. Anocheciendo veíamos el Pissis a nuestra derecha.

 

Me iba despidiendo de ese paisaje, agradecido por siempre a todo lo que para que yo pueda estar ahí.

 

Llegamos a la ruta de noche y pinchamos, así que cambiar la cubierta de la camioneta de Fernando, hacia frío. Llegamos a Fiambalá a la 1.30 hs, en la Hostería Municipal nos atienden, nos permiten tomar el vino de nuestra damajuana. El cansancio estaba ahí, se veía en nuestras caras, pero el hecho de estar todo bien y la alegría lo superaba y encontrarnos con el famoso Pete de Fiambalá. Luego nos fuimos al hostal, todos se fueron a dormir y con D´Angelo nos quedamos tomando un vinito…y? que hacemos?...en un dormitorio estaba Darío y Prono desmayados, hicimos la gran D´Angelo, voy y les tiro una tapa gigante de una cacerola de acero…fue una bomba…Prono se clavo en el techo y sale…quien fue?...hijos de puta? Y se fue recaliente. Recién cuando se fue nos pudimos largar a llorar de la risa.

 

Hoy cuando voy a Mendoza sigo pagando esa “travesura”…me estoy bañando y me llueve un baldazo de agua fría…son temas del oficio…je,je,je.

 

Jueves 17 de noviembre de 2005

 

Desayunamos.

Relato de Fernando: “…Una sobremesa larga nos permite un recontó de los acontecimientos, repasamos minuciosamente cada uno de los errores y aciertos cometidos a lo largo de la misma, mas sobre la bajada, aquí cada uno va asumiendo la responsabilidad que le cupo en esa larga e interminable bajada hasta el campamento. Igual todos festejamos una y otra vez el éxito obtenido, pero las enseñanzas han quedado guardadas en cada uno de nosotros para siempre.

La Plaza de Fiambalá volvió a ser el punto de reunión, los teléfonos volvieron a funcionar a pleno, mientras algunos nos dedicamos a “parchar” una cubierta que pinchamos anoche cuando salíamos de La Coipa…”

 

En Fiambalá, dejamos todo nuestro combustible no hay bencina. Nos despedimos de Reynoso y Ruth y hacía Belén.

 

Nos esperaban unos amigos de Fernando, Pablo y Tiky, organizadores de los encuentros de montaña en Belén. Gente amigable y muy cordial. Paramos en un hotel, manijas llenas de crema y otras yerbas. Los “pibes” estaban todos inspirados…cerveza…masterma (comida Armenia de fuerte olor, muy buena). Confesiones, poder de autocrítica de algunos, humildad, reconocimientos y silencios.

 

Otra historia, otro año, crecer y aprender, en síntesis vida y la palabra que solo se usa en el interior de nuestro país, en los pueblitos ó ciudades chicas…¡hermano!.

 

Me olvidaba, antes de llegar a Belén nos fuimos a las ruinas del Shinkal, en Londres. Ruinas Incas, en un valle con un micro clima muy especial. La Universidad de la Plata esta restaurándola, a esa pequeña Ciudad de los Incas. Está en muy buen estado. No hay que dejar de conocer este lugar, donde se ha armado un museo que cuenta un poco la historia de las antiguas tribus que habitaban la región, antes que los Incas, que fueron los conquistadores.

 

Viernes 18 de noviembre de 2005

 

Se viene el fin de está aventura. Desayunamos, mates, mas charlas y comienza el regreso. Silencio y cada uno de nosotros ya metiéndonos en nosotros mismos. Después de hacer kilómetros, terminamos en la Terminal de La Rioja. Pete y Darío  a Buenos Aires, Fernando a Salta. Camino a Mendoza quedamos Prono con Claudio y Eric y Nico no me acuerdo donde venía. D´Angelo y yo en la camioneta de Fernando. Manejaba Eduardo, tratábamos de mantenernos despiertos, él por la tensión del manejo y la ventanilla abierta lo hacía, yo hablaba boludeces y estaba a los cabezazos y llegando a Mendoza me dormí.

 

Creo que a todos nos costo separarnos Todo pasa muy rápido.

 

FIN

 

Esta vez me quede descansando y reponiéndome en Mendoza y vuelvo a Buenos Aires, directamente a trabajar y ya comienzo con otra historia. Llego como siempre “colgado de las alturas” y esta vez la mediocridad y la gota que orada a la piedra de mi hoy, socia, me hicieron cambiar de vida.

 

Ya tenemos para noviembre de este año, 2006, el Llullaillaco (6737 m s.n.m), no se si llegare, pero vamos a ir, vamos a estar ahí y que vamos, como siempre, a la aventura. Todas las fuerzas van a estar puestas en eso.

 

El Walter Penck nos ha dejado muchas cosas, como todos los cerros, pero en este caso, ha pasado algo que no se como manifestar. En el “grupo base” han surgido algunos temas que tenemos que pulir…podremos? No lo se. El cerro esta y vamos a ir.

 

Agradezco a Aly, de Andinautas, que sin darse cuenta y al actualizar la página Web de Andinautas pidió relatos y fotos y ahí me “toco”, me puse a terminar este relato.

 

Todavía no puedo acomodar mi vida, pero intento hacerlo. Ya comencé un poco a entrenarme, comencé con Tai-Chi, termine con esto. Voy avanzando. Y nada.

 

Hijos. Hermanos.

Vivan eternamente las utopías, la amistad y agrego esté año, las paradojas.

La vida es hermosa, dice mi amigo Jorge Vitón.

 

Gracias,

 

Eduardo R. Sibulosky

 

27 de mayo de 2006

 

 

 

 

 

RESUMEN

 

- 2 de noviembre                      A Penitentes

- 3 de noviembre                      Penitentes

- 4 de noviembre                      Penitentes

- 5 de noviembre                      Penitentes – Mendoza Ciudad

- 6 de noviembre                      Mendoza Ciudad

- 7 de noviembre                      Mendoza Ciudad – Fiambalà

- 8 de noviembre                      Fiambalà – Refugio Vialidad – Gendarmería – Las Grutas

- 9 de noviembre                      Las Grutas ( 4100 m s.n.m)

- 10 de noviembre                     Las Grutas

- 11 de noviembre                     Las Grutas – Campamento Base ( 5050 m s.n.m)

 

                        Según datos de Fernando:

                        9.06 hs             km 992             4000 m             La Gruta

                        10.25 hs           km 1082           3700 m             Entrada a La Coipa

                        11.20 hs           km 22.20          4450 m             La Coipa-Máxima altura

                        11.51 hs           km 33.10          4110 m             Laguna de Los Aparejos

12.08 hs           km 41.30          4450 m             Pleniplanicie antes del último paso

12.22 hs           km 45.00          4575 m             Ultimo paso superior

12.37 hs           km 49.90          4350 m             Descenso a Laguna Celeste

12.39 hs           km 51.00          4335 m             Laguna Celeste

15.15 hs           km 93.50          5050 m             Campamento Base “Nuestro”

 

- 12 de noviembre                     Campamento Base Nuestro (5050 m s.n.m)      

Campamento Base Nuestro – Fiambalà

                                               Fiambalà – Campamento Base Nuestro

- 13 de noviembre                     Campamento Base Nuestro – Campamento I ( 5450 m s.n.m)

- 14 de noviembre                     Campamento I – Campamento II ( 5600 m s.n.m)

- 15 de noviembre                     Campamento II – Cumbre ( 6658 m s.n.m)

                                               Cumbre – Campamento II

- 16 de noviembre                     Cumbre – Campamento II – Campamento Base Nuestro - Fiambalà                   

 

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