Crucero a Colonia, relato oficial


 

AUTOR: Rosa María Torlaschi

LUGAR: Buenos Aires - Colonia
PROVINCIA/PAIS:
Buenos Aires, Argentina - Colonia, Uruguay
FECHA:
Noviembre 2007

 
Esta vez fuimos más nautas q andis y todo salio esplendido.-

Partimos el sábado matina del Yacht Club Argentino (al lado de Buquebus) Alfredo Gambier (Captain & Owner del Descontrolado), Diego Menéndez, Santiago Storni, Pablo Coll, Florencia (mi hermana) y yo. El horario de reunión era a las 9 am y ahí estuvimos todos puntualmente. Subimos al velero que esta amarrado en una boya (nos transportaron en un bote del club; primera prueba náutica del día) y con todos los petates a bordo, incluidos nosotros, nos aprestamos a zarpar. Menos mal q Santiago es un avezado navegante también, así que el cuarteto restante pudo dedicarse a disfrutar de la navegación y aprender las mil y una palabras navieras q Alfredo nos intento enseñar. Una básica por si había alguna emergencia fue la salvadora BIDE, q no debe confundirse con el útil BIDET. Esto significa: babor izquierda, estribor derecha. Muy didáctico, como lo de la “driza q iza” y SIRO: Saliendo izquierda rojo (es decir q el barco q
sale de puerto va por la izq de la boya roja q esta en el Río de la Plata). Después refrescamos conocimientos adquiridos, al menos en mi
caso, por los famosos libros de Emilio Salgari, Julio Verne y demás aventureros, respecto de jarcias, obenques, cazar, filar, etc., etc.
(como verán pongo etc.  porque ya me olvide de unas cuantas!!! :-) ). Total que partimos con algo de viento SE pero después medio se paso a calma semichicha y recurrimos al motor, q nos llevo hasta el puerto de Colonia sin problemas. La mañana estaba nublada pero se fue despejando y disfrutamos de sol a pleno, aunque bastante abrigados porque estaba fresco.
Fuimos charlando y compartiendo cuentos y demás (cosa q entre los Andinautas no cuesta nada) y después vino el piquiniqui. Por suerte todo el mundo mantuvo el estomago en su lugar (previa ingesta de Dramamine, en el caso de Pablo y Floren y mio) y todos pudimos disfrutar de los sándwiches, tarta y exquisito vino aportado por Alfredo, mas una super tarta de manzanas traída por Diego y pastafrola del Team Torlaschi.
Llegamos a puerto a las 15:30 hs. Nos costo un poco conseguir lugar porque estaba lleno de veleros pero después los muchachos del puerto le pidieron a uno que se corriera, al mejor estilo cuidacoches porteño, y nos enchufamos entre dos barcos. Por suerte no tuvimos q amarrar al Borneo (era así?, lo que significa quedar en una boya en el medio del agua y q te lleven y traigan en bote) y gozamos de libertad de movimientos. Salimos a caminar por las calles de Colonia, q esta preciosa, como siempre. El nuestro era paso de 4.000 msnm, aunq no superabamos ni el metro de altitud. Uno entra en un estado de letargo, capaz inducido por el Dramamine? Cuestión que recorrimos y terminamos frente al río en el Torreón para tomar algo. La muchachada se había envalentonado con no se q marca de cerveza, pero cuando el sector femenino opto por licuados al final todos se pasaron a la onda sin alcohol. Después esperamos la puesta de sol para ver el famoso rayo verde (otro día al q quiera le cuento el origen de mi insistencia por verlo) pero por supus no vimos
niente, mas q una espectacular puesta de sol. Ah! Me olvide que ya habíamos reservado mesa para cenar en un reducto muy lindo frente a la plaza de la iglesia. Regresamos a bordo y nos fuimos a bañar a las instalaciones del puerto. Partimos a cenar y salimos mas q pipones.
Santiago estaba empecinado en buscar un lugar de candombe y nos recorrimos Colonia ida y vuelta muchas veces. Pero bueno, había q mover un poco el esqueleto para bajar la pantagruelica cena. No encontramos mas q un lugar con rock pero desistimos porq todos estábamos con los ojos a media asta. Volvimos al Descontrolado y empezó la maniobra de acomode para dormir. A las hermanas nos toco en proa, Pablo y Santiago en los laterales, el pobre Diego al piso, aunque con buenos almohadones, y nuestro capitán en su cucha de popa. La parte del concierto nocturno se la dejo a los protagonistas. Dormimos acunados por el agua lo mas bien. A la mañana siguiente, esplendido día, desayunamos y salimos de pequeña recorrida porque a las 12:30 hs ya emprendimos el regreso. Esta vez con
más viento y pudimos arribar con velas nomás, sin ayuda de motor. Tampoco sufrimos ningún tipo de consecuencia estomacal y a las 17:30 hs tocábamos tierra en el YCA.
Fue una lindisima experiencia náutica en excelentisima compañía. Muchas gracias a Alfredo por esta brillante idea.

 


RM Torlaschi
 

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