II Expedición Andinauta al Domuyo
El Domuyo, de 4.709 msnm, es la mayor altura de la Patagonia y se encuentra ubicado al norte de la Provincia de Neuquén (Argentina).
En noviembre de 2002 se realizó la Primera Expedición Andinauta a esta montaña integrada por 10 persona sin lograr éxito debido a condiciones climáticas adversas.
En enero de 2008 se realizó -entre los días 4 y 13- la Segunda Expedición Andinauta al Domuyo estando esta integrada por las siguientes 16 personas:
Jefe de Expedición: Javier Bosch (Boulogne - Buenos Aires)
Socios:
1-Patricia Andrada (General Pacheco - Buenos Aires)
2-Diego Barbella (Garín - Buenos Aires)
3-Rubén Luaces (General Pacheco - Buenos Aires)
4-Mauro Lucarelli (Escobar - Buenos Aires)
5-Diego Menéndez (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
6-Leonardo Pesci (Don Torcuato - Buenos Aires)
7-Florencia Torlaschi (Moreno - Buenos Aires)
8-Rosa María Torlaschi (Moreno - Buenos Aires)
9-Conrado Verberck (Junín de los Andes - Neuquén)
Invitados:
1-Javier Bosch (h) (Boulogne - Buenos Aires)
2-Tobías Bosch (Boulogne - Buenos Aires)
3-María Inés Cecchini (Quilmes - Buenos Aires)
4-Florencia Gómez (General Pacheco - Buenos Aires)
5-Pablo Ojuez (Los Cardales - Buenos Aires)
6-Mara Vanrell (Ciudad Autónoma de Buenos Aires)
Relato de la Expedición
Partimos en bus desde Buenos Aires el
viernes 4 de enero la mayoría de los integrantes de la Domuyonauta, salvo
Conrado y los Bosch q iban en auto desde Junín de los Andes y Necochea,
respectivamente.
Los 16 miembros de la expedición fuimos los siguientes:
Javier Bosch (jefe de expedición), con sus hijos Javier Jr y Tobías, Diego
Barbella, Diego Menéndez, Mauro Lucarelli, Pablo Ojuez, Leonardo Pesci alias
Chiche, Ruben Luaces alias Gato, Conrado Verberck, Pato Andrada y su sobrina
Floppy, Mara Vanrell, Inés Cecchini, Florencia y Rosa María Torlaschi.
Los que íbamos en bus nos reunimos en la terminal de Neuquén ese sábado 5 a la
tarde, pues a las 16 hs teníamos la conexión a Chos Malal, donde nos aguardaba
la combi q haría todos los traslados por la zona. Como llegamos cerca del
mediodía y hacía un calor infernal, con Gato, Chiche, Mara y Floren decidimos
darnos un chapuzón, mientras el resto optó por el aire acondicionado y la comida
de la terminal. Nos fuimos en un taxi a la Isla Verde, q suena tropical y llena
de palmeras pero era nomás lacosta del río con unas bardas de colores pero sin
un vegetal a la vista. Las mujeres nos zambullimos en el agua fresca-fría
mientras los hombres hacían lo mismo pero hasta la rodilla. Renovados regresamos
a la terminal, donde nos encontramos con Mauro y Pablo q habían llegado en un
bondi más tarde. Nos subimos al Cono Sur, q nos transportaría durante 6 hs hasta
nuestro destino en Chos Malal. Por suerte a nuestro arribo estaba Edgar con su
vehículo y acomodamos todos los petates, q eran muchos, formando una pared entre
el chofer y los pasajeros onda cueva rodante. Así sin ver demasiado del paisaje,
porq ya oscurecía, aparecimos en Andacollo, donde teníamos una hostería
reservada y nos encontramos con Conrado y los Bosch. Cenamos y a dormir!
Domingo 6: Salimos a eso de las 10 de la mañana rumbo a Aguas
Calientes y al Playón. Fuimos haciendo turismo por el camino y parando en los
lugares más atractivos y con buenas vistas del Domuyo, q se veía imponente a la
distancia y con bastante nieve, aunque después en la subida comprobamos q era
poca. En Aguas Calientes hicimos picnic y nos fuimos algunos a los pozones y
cascaditas termales, a pesar de q con los 30 y pico de grados reinantes no
entusiasmaba demasiado sumergirse en esa agua tan caliente. Pero había q
aprovechar. Continuamos hacia el playón, donde nos despedimos de Edgar hasta el
viernes a las 16 hs.
Reorganizamos los petates y un grupo de avanzada encontró un lugar junto al río
a unos 20 min de andar muy apto para acampe. Es mas, ahí también coincidimos con
el guía de Carlos Paz Heber Chiodi y sus clientes, a quienes íbamos pisándoles
los talones. Éramos “los amarillos” (con algunas carpas rojas) vs “los grises”,
como quedaron bautizados por el color de su campamento.
Lunes 7: Partimos a eso de las 10:30 también rumbo al campamento
base, con toda tranquilidad porque los petates los transportaban las mulas de
Castillo, q ahora instaló un puesto muy cerca de nuestro sitio de acampe, cosa
sumamente práctica. Nomás con una mochilita de ataque, abrigo (innecesario porq
el día estaba muy lindo y caluroso) y comida para piquiniqui, emprendimos la
caminata. Paramos a comer a orillas de una laguna color esmeralda ya muy cerca
del camp base y en ese momento nos pasaron las mulas con el equipaje. Al llegar
al camp vimos q Heber ya se había instalado con sus grises en las mejores pircas
y mucho lugar ahí no quedaba. Del otro lado de la lagunita había más pircas, así
q tuvimos q dividirnos. Las chicas (Pato y Floppy y Mara e Inés) armaron sus
carpas en el vecindario de Heber, mientras q todo el resto partimos al otro
sector, un poco más expuesto. El clima seguía bueno aunq ventoso. En ese momento
también llegaron los pampeanos y otro muchacho, de los cuales solo 2 lograron la
cumbre al día siguiente por demasiado viento arriba.
Martes 8: Ese día era para aclimatar así q partimos de caminata
hacia uno de los glaciares del Domuyo. Una linda trepada pero la única
desilusión es q estos glaciares no desaguan en ninguna lagunita de altura sino
en chorrillos. Ahí ya seguía soplando lindo y estaba más
fresco pero con sol, aunq se veían unas sospechosas lenticulares en el cielo,
nubes q jamás fallan, según mi experiencia; me refiero a q no
fallan en traer tormenta. Ese día fue tranquilo y volvimos más o menos temprano
porq ya el miércoles 9 íbamos a hacer el intento de cumbre y había q levantarse
a las 3 am aprox.
Miércoles 9: A las 3 sonó el despertador en nuestra carpa y con
silbatos nos comunicamos con los vecinos q no tenían forma de despertarse. Pobre
Conrado q ligó todo el barullo mientras intentaba seguir durmiendo!!
Había viento en la base pero no onda huracán. La única gran duda nuestra era ver
q no había ni un movimiento en la zona de los grises, quienes supuestamente
también tiraban ese día hacia la cumbre. A las 4:40 am finalmente logramos
juntarnos todos con las mochilitas de ataque bien provistas: líquido, termos,
crampones, piqueta y abrigo, algo de comida.
En fila india empezamos a subir con las frontales. Era realmente mágico ver
todas esas lucecitas en el medio de la oscuridad de la montaña y las estrellas.
La primera parte es harto empinada, como dirían los vecinos trasandinos, y menos
mal q no se veía nada porq así uno no se
desalentaba con lo q venia después:-). Abrían la marcha Pablo y Mauro, q
resultaron excelentes guías para encontrar la picada en el medio de tanta noche.
Llegamos con ellos y Floren a las pircas de 3.800 y nos refugiamos tras las
piedras porq ya soplaba lindo y hacía un frío bárbaro. Nos hidratamos y
esperamos al resto q poco a poco fue sumándose al apretuje; la mejor manera de
mantenernos más abrigados. De entre las piedras asomaba una carpita: era un
muchacho q habíamos cruzado en el camino el lunes y q había decidido plantar
otro campamento intermedio porq no le daba para hacerlo de un tirón. Cuando nos
vio llegar salió de la carpa y exclamó: “Con razón nadie viene para acá; me la
pasé sosteniendo la carpa toda la noche.” Y ahí en un rato desarmó y optó por
bajar y abortar su intento de cumbre. Estuvimos cantando y paveando al mejor
estilo andinauta mientras salía el sol, esperando el milagro de la calma chicha
q no se produjo. Veíamos cómo en las alturas arreciaba el viento y finalmente
tomamos la decisión de bajar nosotros también, con gran dolor en el alma. El
pensamiento de muchos mientras subíamos había sido: “”Q garrón tener q volver a
repetir esto mañana, si es q no
seguimos hoy”. Pero así es la montaña. Igual uno a la segunda vez se olvida de
lo q pasó antes y encara con igual entusiasmo, al menos en mi caso.
Ahí de vuelta a nuestras amadas carpas y nos zambullimos en las bolsas de
dormir. Ah! Me olvidaba: en la bajada nos cruzamos con los grises q venían
subiendo. Debo confesar q se me paralizó el cuore porq pensé: “Capaz q la
estrategia correcta es salir a esta hora y nosotros estamos bajando!!!” Pero
Heber dijo q nomás subían a sacar unas fotos porq no daba para ir mas allá, cosa
q me alivió sobremanera.
Al mediodía, todo el mundo fue emergiendo de las carpas. Con Floren y Conrado
decidimos salir a explorar la zona pero no hubo mas quórum. Fuimos faldeando los
cerros como volviendo hacia el playón y ahí pegamos la vuelta y seguimos por
otra quebradita y luego vuelta a la derecha y nos topamos con una lindísima
laguna con glaciar y gran nevé q ya habíamos visto desde 3.800m. Pegaba duro el
viento y no daba para quedarse mucho pero si para volver en otro momento, cosa q
hicimos al día siguiente con todos!
Jueves 10: Ya de los 15 q habíamos intentado cumbre ese miércoles,
nomás 6 (los Diegos, Mauro, Pablo, Floren y yo) queríamos repetir la experiencia
el jueves. Acordamos en salir más tarde porq habíamos llegado con buen ritmo a
3.800 y no hacía falta tanto madrugón,
considerando q recién oscurecía totalmente pasadas las 23 hs. Total q pusimos el
despertador a las 5:30 hs y ahí íbamos a decidir si se salía o no por el viento
y nos consultaríamos. No hizo falta ningún cónclave porq, al asomar la nariz, se
nos tapo de nieve!! Y seguía cayendo duro y parejo. Creo q todos en realidad
estábamos bastante felices de volver a dormir. Cuestión q a media mañana ya
salía el sol, con todo blanco lindísimo. Como obviamente no daba más q para un
paseo local, decidimos volver los 16 a la famosa laguna explorada la jornada
anterior. Nos pusimos polainas por las dudas pero en realidad tanta acumulación
nívea no había. Al llegar a la laguna brillaba el sol y el hielo se veía
precioso. Había mucho viento pero Conrado con su astucia montañesa indicó q
justo en la otra orilla llegada a la pared del glaciar parecía reinar la calma.
Hacia allá nos encaminamos y fue increíble! Ni una brisa y calor, con lo cual
armamos picnic pegados al hielo sobre la arena, al mejor estilo playa caribeña,
aunq un poco mas vestidos (la nuestra fue bautizada Playa Conrado y la lagunita
Laguna Andinauta, digo por si alguna vez aparecen en las cartas del IGM :-)).
Mauro y Javier descubrieron una cueva en el glaciar y subieron. Después los
seguimos unos cuantos y sacamos unas fotos estupendas del Domuyo, al q mirábamos
con ansias. Luego un grupo siguió con Conrado hacia uno de los pasos, desde
donde veíamos infinidad de cerros y la punta nevada del Tromen. Como ya había
surgido el plan de intentar por última vez la cumbre a la madrugada siguiente,
los q éramos de la partida volvimos al camp para organizar todo. Los demás
siguieron a otro paso q resulto ser una tobera infernal.
Viernes 11: Vuelta a despertaros a las 3 am para desayunar,
hidratar (bendita hidratación!!
aclimatación de esos días previos. Seguimos adelante y la jornada se presentaba
fabulosa: sin una nube y con toda la cordillera a la vista.
El frío era mucho pero con la subida y el sol se aguantaba bien. Pasamos la zona
del filo q es muy expuesta sin ningún problema, llegamos a un nevé empinado y
largo donde calzamos crampones y cambiamos a piqueta, pero había ya huellas y
resultó un paseo. Hasta el final de este nevé se aventuró Tobías Bosch pero ya
después decidieron bajar con Javier. O sea q fue toda una hazaña considerando q
sólo tiene 13 años! Con el resto continuamos y al llegar al último acarreo se
nos ocurrió con Mauro, Pablo y Floren tomar un atajo por una zona de mini
penitentes de hielo, acarreo y otro nevé q cruzaba hacia el término de la
picada. Al final mas q un “shortcut” resultó el “extralongcut” porq los
penitentes fueron medio penuria y en el acarreo casi paso al Hall de la Fama
Andinauta!!
Iba última y vieron como son los acarreos: pasa uno y ok, pasa el segundo y ok,
pasa el tercero y ok, pasa el cuarto y el acarreo te acarrea. Mamma mia!! Empecé
a irme pa’bajo y el panorama era de terror porq de ese sector empinadísimo
pasaba a los glaciares sin escala!!! Pude clavar en forma muy precaria la
piqueta y apoyar un pie en una piedrita minúscula q aparentemente no seguía de
largo como todo el resto. Q momento!! Sinceramente pensé q me mataba. Vino a mi
rescate Floren y logré cambiar de posición y salir para arriba. Pero debo
confesar q me duró el jabonazo bastante. Gracias Pablo y Mauro q me hicieron el
aguante!! Total q esto nos demoró muchísimo y no pudimos llegar con el resto a
la cumbre en simultáneo. Hubiera estado lindísimo darnos un abrazo cumbrero
todos juntos pero iban bajando porq los corría el frío. Nosotros, el último
cuarteto, a las 14 hs festejamos con Chandon, aportado por los hombres, y
después de un rato largo de disfrute del panorama bajamos. Seguía la semicalma y
finalmente volvimos al camp base, donde el resto de los cumbreros nos esperaba
para desarmar carpas y volver al playón en grupete. Muchas gracias por
esperarnos también!
Me olvidé de contar q los demás Domuyonautas habían partido al mediodía, luego
de entregar los petates a las mulas, rumbo a la combi. Los pobres estuvieron
horas aguardando nuestro regreso y, como ya comentaron algunos, nos fueron
recibiendo con aplausos, abrazos y ovaciones. Eso fue algo increíble! Y también
Edgar tuvo la gran idea de regalarnos una banana, un pebete de jamón y queso y
un alfajor a cada uno. Otro momento glorioso!
Total q habremos llegado de vuelta al playón como a las 21:30 hs, pleno día en
esas latitudes y longitudes. Después de un descanso subimos a los vehículos y
regresamos a la hostería en Andacollo. Nos dimos un baño y cenamos. Ya eran las
2:30 hs, de modo q un aplauso al cocinero q tuvo el coraje de ponerse a freír
milanesas a esa hora de la madrugada. Terminamos acostándonos tardísimo pero
felices por tan linda expedición con un grupo tan espectacular!
Sábado 12: Creo q apoyamos la cabeza en la almohada 2 hs como
máximo; con Chiche, Gato, Mauro, Pablo y Floren teníamos q tomar el bondi a las
8:30 para Chos Malal-Zapala. Fue una partida estresante porq algunos se quedaron
dormidos y salieron catapultados de la cama 10 min antes de la hora señalada.
Por suerte el bus salió atrasado y llegamos corriendo a la parada. Nuestros
pobres pies no estaban en condiciones. Fue más duro eso q la cumbre:-). De ahí
en más nos dedicamos al dolce far niente. Es un placer q te transporte algo q no
sean las patitas. Bajamos en Zapala con Mauro y Pablo y el dúo Chiche-Gato
continuaba a NQN, desde donde partía su bus. El nuestro unas horas después desde
allí. El resto se desperdigó hacia diferentes rumbos: Conrado en su móvil con
Pato, Floppy y Diego M hacia Junín; los Bosch de vuelta a Necochea; Mara, Inés y
Diego B un día mas en Andacollo, q justo estaba de gran fiesta de los
veranadores, o sea q mucho jolgorio en el poblado.
Y así termina esta historia montañesa.
Muchos cariños y perdón por la extensión.
Rosa Maria :-)