Al bajar de Ishinca, lo primero que hicimos, después de una necesaria ducha, fue ir a festejar a El Tambo (lo más!!!), y esa misma noche estábamos planeando con Alex nuestra segunda expedición.  Entre cerveza y cerveza fue tomando forma. El lugar ya estaba elegido: Alpamayo!

    El martes a las 6 de la mañana, después de haber pasado apenas 1 día en Huaraz, salimos en una camioneta hacia la ciudad de Caraz, y de ahí, subimos a Cashapampa (a casi 3000 msnm). El pueblito es apenas un asentamiento, en la entrada de la Quebrada Santa Cruz. A las 9,30, después de haber cargado las mulas, emprendimos la caminata, tranquila, sin mucha exigencia, a las 5 horas llegamos a Llamacorral, donde acampamos. El lugar es alucinante, al armar la carpa, me queda la Pirámide de Garcilazo justo enfrente. Igualmente, el cielo estaba tan bonito, y la noche tan agradable, que saqué mi bolsa de vivac y dormí bajo las estrellas. 

    A la mañana siguiente una tenue llovizna sobre la cara me despertó. No hubo amanecer lleno de colores, sino una mañana gris, la pirámide estaba tapada  por nubes, y solo algunos débiles rayos de sol asomaban por la quebrada.

    Salimos después de desayunar, y durante todo ese día estuve esperando encontrarme con Alejandro, quien venía haciendo el trekking en sentido inverso, uniendo la Quebrada  Llanganuco con la Santa Cruz. Pero despues de casi 2 horas llegamos al punto donde se encara para llegar al Campamento Base del Cº Alpamayo. Desde este punto, en apenas 45 minutos más estábamos armando campamento.

    El paisaje, a pesar de lo poco que las nubes dejan ver, es hermoso, mi carpa está justo al pie de la morrena que lleva al Campo Alto del Alpamayo. La lluvia no cedió durante los siguientes dos días ... así que no hubo mucho que hacer ... Al segundo día Alex subió por la morrena, pero apenas llegó al Campo Alto, el tiempo empeoró ... así que yo tomé la decisión de volver a Huaraz.

    Cuando a la mañana siguiente estaba emprendiendo el regreso, el cielo empezó a abrirse, pero la decisión ya estaba tomada ... al menos pude ver de más cerca la belleza de esta montaña. Alex me sugirió que aproveche el buen tiempo, y me desvíe unos 20 minutos, para llegar a un  glaciar (no sé como se llama), pero valió la pena, me relajé mirando los bloques de hielo caer y luehçgo la paz de verlos flotar en la laguna ...

 A las 18 ya estaba en Cashapampa, y a las 21 de ese 20 de julio, llegando a Huaraz, para encontrarme con Alejandro, quien tenía todo listo para volverse al día siguiente a Buenos Aires. Obviamente, salimos a festejar el Día del Amigo ... Tambo again !!!

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